jueves, 4 de febrero de 2016

Ensayos secretos sobre la muerte en vida.


Al mismo tiempo que soy inmóvil, veo como Dios no existe en mi vida, es así que desdé algún ático mental y firme miro, como no lo dijo Joan Miró, como otros se atrapan en su culpa, pero dichas señales clónicas de virtuosa resiliencia que no produzco y que no producen las iglesias, no son suficientes.
No puedo ver a la gente, no puedo ver las lágrimas, perdí la capacidad para hablar de las formas del corazón, siempre quise que mi dolor constituyera un sólo amor que ahora es el solo amor. Ignorado por supuesto.

En ese contexto Dios dejó de titubear en el miedo, es por ello que a mis espaldas  hice un voto de ingenioso silencio, consistía en sin avisarme,  no llorar.
Por un hueco periquete mental de enlaces de lógica muerte del puente madero entre mi y el yo, la caricia fue un rezo de automasturbación, automasturbación porque le miento a mis manos y se creen sin dueño, entonces creo en ellas antes que en mi. Son en donde yo no... ¿yo? tengo una flagelación de orquídea sobre la colina del hombro en el delinear discreto del desnudo ¿Dónde esta cuando estas húmedo y cansado?

No esta en el grito, no esta en el habla, yo no lo puedo desarrollar.




1 comentario:

ajanda dijo...

¡Mofeta! Qué bien que hayas vuelto. Te seguía hace muchos años, cuando escribías, y ahora estás de nuevo aquí, en el mismo blog. Yo me he mudado en este tiempo, pero también sigo con lo mío.
Me gusta mucho tu forma de escribir y a la vez me intriga, creo que tienes algo especial, algo que nadie tiene.
Mucho ánimo. :) Y si quieres puedes leerme en mi http://utopiaderanas.blogspot.com