Sabes
que jamás aprenderé los valores básicos con los que se rige un dogma o con los
que se rija una omnipotencia, no voy a respetar mis orígenes, no voy a sentir
honor, no seré una mujer apta para los roles de esposa, soy un ser
incorregible, te juro que en días como estos, en meses tan extraños y solos
como diciembre, quisiera sentirme corregible, ser un molde húmedo de masa amigable
a la voluntad correcta, aquella que me diera la paz y llenara mi necesidad
social, la cual desprecio por no saber llenar, pero eso no me exenta de ser
lacerada por mi propia humanidad inherente a la aceptación de los otros.
Ahora, te confieso que con cada año tengo mayor dificultad
para recrear ese positivismo sintético que alguna vez alimenté al tratar de
alcanzarte, he hablado con algunas personas que dicen conocerte, todas ellas
coinciden en que mi maldad no es parte de un diseño y que mi iniquidad podría
ser este oscuro pesimismo, la inadaptabilidad y falta de tacto en mis pasos,
todo esto de lo que no me puedo deshacer no es parte de un diseño.
Te confieso, es más duro arrancármelo con cada día que he
llegado a pensar que me estoy arrancando el corazón y has pretendido dejarme así.
Cuando veo a los demás hablar de un buen deseo, de la fe en
que todo estará bien, creo que son un poco idiotas, bueno, dicho con más tacto
recuerdo como yo pasé por ahí tantas veces pretendiendo que ese juego tonto del
positivismo se me podía incrustar en las entrañas, veo como tanta gente lo
sigue haciendo en su mierda indecencia, y sí, los juzgo, porque ni siquiera
rozan esa luz de la que todos hablan casi por inercia, estoy cansada de la
inercia, de los significados universales que todos utilizan sin comprender en
absoluto.
Estoy cansada de tener buenos deseos sin importar que tan
hija de puta pueda ser en realidad sin darme cuenta de ello (como lo veo en los
demás y que francamente en algunas ocasiones siento pena ajena de que ellos
mismos no puedan verse -al tiempo que yo tampoco puedo percibirme-).
A pesar de estar agotada de la interacción común, porque admito
suelo disfrutar mi soledad, yo quisiera ser parte, quisiera estar llena o
talvez más vacía, no quiero juzgar como me encuentro porque realmente no lo
sabemos.
Con los años he quemado mi cabeza lo más que ha sido posible
hasta he logrado rechazar mi creatividad artística, no la quiero, la estoy
dejando morir, sin palabras, básica, minimalista, pero al despuntar una que
otra noche tengo que hablarlo contigo o con hojas de papel, eso significa que
no he llegado, que no me lo he arrancado, quiero una vida común, quiero estar
lejos de mí.
Sin embargo, a pesar de tanto desmembrarme y ser tan
agresiva conmigo misma, esto es en realidad una plegaria, disculpa, nunca
aprendí la forma correcta de hacerlo, como el 99.9% de los actos universales, como el respeto a
los semejantes, el honor a la sangre y la familia, ayúdame a encontrar a las
personas correctas, soy un poco más consciente que el idiota promedio de mis
limitaciones titánicas y por eso te pido que ante cada prueba de vicio
emocional o corpóreo me des una red de apoyo que no me permita ensimismarme en
mi crudo y repetitivo reaccionar, tengo un grado elevado de conciencia que de
alguna extraña forma me lleva a un desprecio irreal, siento que estoy
constantemente tocando la verdad a la vez que esta me ciega y me hace
incomprensible en la vida diaria, por eso, porque me conozco en lo desconocida
y forastera que soy en mi propia carne, estoy pidiendo más que un despertar, al
menos una vara, una persona, una palabra de la que uno se pueda aferrar durante
todo el año que viene sin bacilar, sin tener que mutar en la inseguridad de una
nueva ideología equivocada, ayúdame a conservarme o reanimar lo que ya ha
muerto en mí, repito, quiero estar lejos de mí, muy lejos de donde estoy ahora
aquí conmigo.